viernes, 13 de abril de 2012

Viernes implosionado




Sueños que el dinero puede comprar para alcanzar la otra orilla: la de la tranquilidad aparente en medio de una crisis inmobiliario-familiar.
Café y cigarrillos en una tarde que parece de domingo tras el trabajo insípido de leer sobre el capitalismo tardío.
El gato y el canario están jugando, en la oscuridad de mi cerebro al pilla-pilla.
Entre 1927, 1939, el 2003 y hoy que sentido esta nada que huele a ascensor de museo: a insecticida de mi portal, a la cucaracha del pasillo.