Por casualidades, uno llega a una idea a través de otras. Es la libre asociación de ideas. Me encanta ver cómo se ha desarrollado el hilo de los acontecimiento suna vez estos han sucedido. Hacer recuento de intereses, fines y motivaciones para averiguar por qué comenzamos en un sitio y acabamos en otro por medio de un simple encadenamiento.
Me acaba de suceder. Y os voy a relatar el encadenamiento:
En realidad podría empezar porque he descubierto el Jägermeister o, mejor, porque he visto parte de Transporter 3 sólo porque aparece Jason Statham, que es además de duro, muy atractivo. Pero en realidad he de empezar por un anuncio de colonia, cuya banda sonora es una canción de Antony and the Johnsons. Ese cantante andrógino que lidera y dirige una banda de acompañamiento. No es que sea un grupo que me vuelva loca pero me gusta la atmósfera mágica y envolvente, pura, mística, tenue y melancólica que genera la canción Hope there's someone. Con esa voz tan desacorde con su imagen -así me lo presentaron a mí- mi padre y yo nos ponemos a discutir sobre si es Antony o Tracy Chapman quien canta. Tengo razón, esta vez triunfo en esta pequeña estupidez y le muestro el vídeo en youtube. Ya me interesé antes por Antony, así que ya vi su preciosa página, con un diseño muy interesante: elegante y sobrio pero moderno; como me enteré de que estudió teatro experimental en NY después de haber vivido en Amsterdam. De manera que vuelvo a recordar su homenaje al gran Kazuo Ohno, el fundador del butoh junto a Tatsumi Hijikata, una danza contemporánea japonesa que toma elementos de la tradición y-su elemento más espiritual o ancestral- los relee con actualidad creando una danza minimalista en decorados, exacta en los sentimientos, expresiva y tremendamente pasional; es la danza de la postguerra, que busca una nueva expresión. Danza que conocí gracias a Cerezos en Flor, otra película que vi en la Seminci y repetí en Casablanca -el cine alternativo de Valladolid-, por la que comenzó mi especial interés por lo asiático, cuya directora es la alemana Doris Dörrie. Tras verla, comencé a practicar mi propio butoh, mi propio baile de sombras hasta dejarme caer en el suelo con lágrimas en los ojos, derramadas por el sentimiento de pérdida y de soledad.
A partir de entonces también uso un antiguo kimono para cubrir mi cuerpo.
Kazuo Ohno |
A mí también me gustó mucho esa película, aunque la historia y la forma de abordarla me dejaran mal cuerpo. Es muy hermoso ese baile de ausencia. Da la impresión de que es un intento de tocar a la persona perdida en el inasible aire.
ResponderEliminarpor qué te dejó mal cuerpo?
ResponderEliminarme encantó tu descripción del butoh.
mil gracias por tu comentario!
...buscando -butoh salamanca- llego acá. Ví anuncios de promociòn de un festival en la calle con una fotografìa de butoh y quise buscar fechas etc, y bueno... me llevo la sorpresa divertida de que lo conociste tambièn con la pelìcula de Dörrie :)
ResponderEliminarEspero haya algo interesante en estos dìas por esta pequeña ciudad.
Me gusta lo que escribiste. Saludos