miércoles, 26 de octubre de 2011

Canogar figurativo

Como cuenta Victor Nieto en Rafael Canogar. El paso de la pintura, al pintor se le coló -como por un descuido, pienso yo- la figuración al final de los sesenta y en los años setenta hasta 1975 entre sus producciones artísticas. El lenguaje informalista parecía agotado y se decantó de nuevo por una cierta mímesis. Así, creó las obras que más me entusiasman de él. Obras dedicadas a la angustia, a la violencia, a la represión, a la censura. Obras que, en España, parecían dirigirse directamente contra Franco, pero que -como Nieto recalca repetidamente- no hacen más que reflejar un espíritu universal, como hiciera el informalismo. Así se legitima un arte.
Canogar pierde el color en esta etapa y los fondos de convierten en meros planos lisos, que resaltan las figuras fragmentadas que salen del plano mismo. Así focaliza nuestra mirada sobre lo importante. En ocasiones, hay sombras atacantes que rodean las figuras. Meras sombras. Lo importante son esos cuerpos que se elevan ante nuestros ojos maniatados, callados, mutilados, rotos. 

Pintura, 1975
La familia, 1968
Canogar junto a uno de sus Encarcelados

Esto sí que lo entiendo y no el informalismo: seré demasiado pedestre para tanta espiritualidad. Conmigo no debe ir la trascendencia.

lunes, 24 de octubre de 2011

El montaje: Peter Bürger

Para Peter Bürger en Teoría de la vanguardia el montaje es el elemento esencial de la vanguardia. No tanto como en el cine, que es necesario, obligado por el carácter del material; sino como en el collage cubista o el fotomontaje más bien dadá. Obras o, mejor, producciones, artefactos, que ya no tratan de representar lo real, de imitarlo, sino que quieren hacer evidente que "hacen" arte. Por ello no se preocupan por encubrir el montaje de los fragmentos que componen su producción. Porque su intento es, precisamente, destruir ese concepto de arte y no sólo un tipo de arte, sino toda la institución-arte. Esto es, todo el complejo de producción, difusión y recepción que rodea a las obras de arte y que está gobernado por la "burguesía", condenada al esteticismo. 
La evidencia de los fragmentos se hará total en el arte encontrado, personificado en el singular Duchamp. E incluso seguirán teniendo sentido las neovanguardias, siempre y cuando no sean absorbidas por el sistema; lo que desgraciadamente ocurre a la vuelta de la hoja. Por lo tanto, utilizar la técnica neovanguardista ahora no es más que un acto conservador involucrado en el mercado capitalista.
Lo que yo decía, vamos.

Jeje.

Braque

Picasso

Duchamp

Hausmann

Hausmann

Heartfield

Heartfield

Schwitters

Picasso

Schwitters

Schwitters

miércoles, 19 de octubre de 2011

Estética del espacio y el Nuevo Drama

Ayer releí el texto de una conferencia a la que fui hace varios años en la Universidad de Valladolid del filósofo/esteta Domingo Hernández, de la Universidad de Salamanca. Delicioso fue y deliciosa es aún la relación que logra establecer en las diferentes concepciones del espacio contemporáneo: la dialéctica interior-exterior ha muerto y, por ello, surgen los monstruos, desaparece la intimidad, se comercializa, etc. Más aún, echamos en falta esos monstruos que estaban en la oscuridad de nuestras casa que ya no dan miedo porque no tienen NADA. Sólo queda, pues, la ironía.
Adjunto las obras que cita que he podido recuperar en Google:

Richard Hamilton; a la izquierda el famoso collage ¿Qué es lo que hace las casas de hoy tan diferentes, tan atractivas? (1956)
Ángeles Santos Un mundo (1929)
Miró, La Masía (1921-1922)
Arturo Torres y Jorge Cristi, Casa de vidrio
Rachel Whiteread, House (1993)
Marcel Duchamp, Fresh Widow (1920)
René Magritte, Respuesta inesperada
He encontrado una parte del artículo en Internet que, al parecer, andaba por ahí publicado aparte de en nuestra revista de filosofía de la universidad: "Puertas y ventanas: las amenazas alegres". Y que, quizá pertenezca a este libro: La comedia de lo sublime.

Alfred Kubin, El intruso (1936)
Cuerpo extraño, Mona Hatoum (1994)
Mona Hatoum, Homebound
Louise Bourgeois, Serie de Mujeres Casa, años '40
Las cosas son raras, Duane Michals, (1973)
Edward Ruscha, serie Some Los Angeles apartments (1965)
Dan Graham, Casas para América, años '60
Christian Boltansky, The Missing House, (1990)
Matta Clark, Splitting (1974)
Gregor Schneider, Casa Ur (desde los años 80)
Erwin Wurm, Hotel Rooms (2001)

En otro orden de cosas:
Abre mi novio el periódico allí dispuesto en el mostrador a la espera de tres libros que he sacado de la biblioteca y, de pronto, nos topamos con el titular que afirma que hay una nueva generación en marcha que quiere ir en contra de la literatura posmoderna. Ya estamos de posmodernidad hasta arriba, ya no queremos más literatura fragmentaria, queremos narrar. Volver al relato. -La verdad es que me ha aterrorizado un poco.- Os dejo aquí un link de una crítica-comentario a la que me siento afín. Se llaman el Nuevo Drama, como nos dice el autor del blog La medicina de Tongoy. Aún estoy digiriendo. ¡La Generación Nocilla acabada!?! Pero que dicen?! ¡Si acaba de empezar! SÍ A LA FRAGMENTACIÓN LITERARIA!!!

martes, 18 de octubre de 2011

Jean Baudrillard y el remake

Se tiene la impresión de que una parte del arte actual contribuye a un trabajo de disuasión, a un trabajo de duelo de la imagen y de lo imaginario, a un trabajo de duelo estético casi siempre fallido. [...] Al parecer, se nos habría reservado para la retrospectiva infinita de cuanto nos precedió. Así sucede con la política, con la historia y con la moral, pero también con el arte, que no disfruta aquí de ningún privilegio. [...] Cita, simulación, reapropiación, el arte actual se dedica a reapropiarse de manera más o menos lúdica, más o menos kitsch, de todas las formas y obras del pasado, cercano, lejano y hasta contemporáneo. Russel Connor llama a esto "el rapto del arte moderno". Esta remake y este reciclaje pretenden ser irónicos, pero aquí la ironía es como la trama gastada de una tela; es el resultado de la desilusión de las cosas, una ironía fósil. [...] Ironía del arrepentimiento y del resentimiento para con la propia cultura.
Baudrillard, Jean, "Ilusión, desilusión estéticas", en El complot del arte, Ilusión, desilusión estéticas, Amorrortu, Buenos Aires, 2006, pp. 11, 12.

Almuerzo sobre la hierba, Manet
Desayuno sobre la hierba, Botero

domingo, 16 de octubre de 2011

El árbol de la vida

Finde de encierro inter-gripal = atracón de cine:

- Gangs of New York, Martin Scorsese, 2002. Que, pese a lo comercial que es, encierra una idea crítica hacia la América de hoy: ella no se forjó -como quieren hacer creer- con la paz de la firma de una constitución, sino con el enfrentamiento entre inmigrantes que no dejaban de llegar y "autóctonos". EEUU enación con sangre, como todas las naciones. No es un caso especial.

- Haz lo que debas, Spike Lee, 1989...mi cansancio me pudo y me quedé frita pero es curiosa la recreación de la famosa escena de La noche del cazador. Y os pongo un vídeo comparativo a continuación -con permiso de Apartamento Stroszek-.


- La escalera de caracol, Robert Siodmak, 1945. Al parecer, una película de culto, a caballo entre el expresionismo alemán y Hitchcock que, sin embargo, deja mucho que desear. La historia podría haberse explotado mucho más: asesino en serie que mata a mujeres "defectuosas", algunas pistas falsas, una madre delirante, y una muda traumatizada por la muerte de sus padres. Sin embargo, la película, salvo ciertos planos y juegos de luces y sombras, se resuelve con simpleza. Intrigantes los planos del ojo del asesino e incógnito el rol de la escalera de caracol, salvo -si queremos- por su relación con Vértigo.

- El árbol de la vida, Terrence Malick, 2011. Muy buena película que desata amores y odios. A mí me encantó y no se me hizo pesada, aunque afirmo con Boyero que uno se pierde un tanto en los paisajes del principio y del final en que el mundo nace y el alma se encuentra con los seres queridos en una especie de cielo-tierra de nadie. La música de Alexandre Desplat y la fotografía de Emmanuel Lubezki son impecables. Esta película no "cuenta" nada, no tiene historia, pero sí muestra una visión de la historia, del comienzo del mundo en una serie de explosiones y colisiones espaciales a lo 2001 Odisea en el espacio. Preciosas imágenes y manipulaciones digitales que transforman el cine en poesía. Pura lírica.
Por otro lado, la historia muestra la situación de una familia cuyo padre es severo, rígido, y aleja a sus hijos de sí con esa dureza. Una madre sometida a él. Unos hijos que crecen con ello y que así van descubriendo el mundo y van desarrollando su personalidad a partir de esos enfrentamientos. Por último, la película es un intento de volver a la infancia, a la inocencia, a la felicidad. Busca volver a los seres queridos que han pasado, que se han perdido, a esas relaciones estrechas que se enfrían a medida que uno crece. Es también un cuestionamiento de fe: se pregunta el por qué del mal en el mundo en clave teológica. El por qué de la muerte, del castigo divino aún cuando uno sigue a Dios y no el camino de la Naturaleza. No en vano la cita introductoria pertenece al Libro de Job.
Una película en que la muerte es una constante, la destrucción, que nos acecha de principio a fin.
En que se contrasta el poder terrible y lo sublime de la naturaleza, en que no somos más que una "mota de polvo".
Una película con una impecable luz y una maravillosa estética de los '50, tanto en los interiores , la decoración y la arquitectura, como en el vestuario. Un perfecto Brad Pitt y una preciosísima Jessica Chastain.

Es un film muy antinatural en realidad y que, sin embargo, me encanta. Me embarga.






WARNING: Nadie saldrá del cine tan contento como yo. Todos echan pestes...ahí lo dejo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Pulsiones y cine

Varios conceptos últimamente están llamando mucho mi atención. Pero hay uno que me vuelve a la cabeza repetidas veces. Lo oí de boca de González de Ávila -de nuevo- por vez primera y tiene raíz psicoanalítica. Se trata de un concepto observado por Jacques Lacan. Es la PULSIÓN ESCÓPICA. Semánticamente, "escópico" viene del griego "mirar". Se trata pues de la pulsión a mirar, esto es, de la fuerza que nos impulsa a convertirlo todo en imágenes. Según Lacan, ésta nace en el período del espejo, es decir, en ese momento de la infancia temprana en que al fin nos miramos al espejo y reconocemos nuestro yo. Es pues la base de nuestra capacidad estética. Y es la etapa en que al formar nuestro yo, al recogerlo de la imagen que nos devuelve el espejo nos vemos ya escindidos: él es yo y yo soy él, pero no somos los mismos. Es decir, aquello mismo que nos permite apreciar la belleza, sentir; es lo mismo que nos escinde, que nos rompe. ¿La belleza está entonces emparentada desde el inicio con el dolor, la angustia o la inseguridad?

Esta posibilidad de experimentar estéticamente, me ha llevado a disfrutar y sufrir Sex, lies and videotape (1989), la opera prima de Soderberg. Me encanta Andie MacDowell. Y actúa soberbiamente como una histérica absoluta que lleva una vida de mierda, infeliz, mujer florero y cornuda. De pronto aparece en su vida un "bohemio" sufriente, muy diferente de su marido, que es tan cerdo como para tirarse a la propia hermana de ella, una adicta al sexo-para-llenar-el-vacío-interior. Este hombre tiene, como ella, problemas con elsexo. Pero de otro tipo. Y se dedica a grabar a mujeres hablando de sus experiencias sexuales para después tocarse. Y piensa que así lo ha superado. Las soledades se unen, se enfrentan, se entienden. Caricias.

Perfecta. 
Graciosa sensación de vintage por el VHS. 
Curioso enfrentamiento entre hermanas: acomplejamiento mutuo.
Recuerdos a Lynch por ciertas estridencias sonoras.
Inteligencia referencia al psicoanálisis como la "oreja que escucha para ser pagada": el vídeo-confesión que después cumplirá su función en el que graba pero que al tiempo construye ese mismo yo del que hablábamos antes. 
Dicen que tiene un final feliz. Es cierto. Pero para mí todo es amargo.


martes, 4 de octubre de 2011

Mallo y la interartisticidad e interdiscursividad e intersemioticidad

En la clase de literatura comparada -por resumir su título- hemos comentado las tres tesis que sustentan el análisis semiótico que el profesor González de Ávila nos presenta a fin de argumentar que el arte no se puede leer sin palabras ni la literatura ver sin imágenes. Es decir: ninguna de las dos áreas domina la otra, sino que entre ambas hay una evidente complicidad y comunión a varios niveles. Un arte habla de los otros artes (tesis de interartisticidad), también toma discursos teóricos de fuera de sí misma y los representa o presenta (interdiscursividad), así como comparte sus mismas estructuras (intersemioticidad).

Todo esto me sugiere muchas cosas pero, especialmente éstas:

- La interdisciplinariedad así como los anteriores "inter-algo" salvan a Agustín Fernández Mallo de la acusación de apropiación indebida que sostiene la viuda de Borges por su libro Remake y que ha propiciado la retirada del libro de su venta en las librerías. Como recuerda José Luis Molinuevo, no hay mejor manera de salvar un clásico -de admirarlo- que sirviéndonos de él de la mejor manera. Y, además, la historia del arte sin "remakes" sería imposible. Para salvar a Mallo sólo hay que coger El hacedor borgiano y comparar: el homenaje es visible, palpable, evidente. Además, en mi caso, el mismo escritor tiene razón: yo cogí el de Borges influida por Mallo, y no al revés. Vamos, que la viuda -nueva Yoko, quizás (jaja)- debería estar contentar y no amargar.

-Hablamos de la interdiscursividad, el intercambio de relatos que producen -supuestamente- conocimiento. Que se alimentan y sostienen entre sí. Así, el arte se alimenta de la técnica, medicina, la física, etc. Por ello la idea del fractal es tan interesante. Porque podemos verla en pintura, en geometría, en la naturaleza o en literatura. Lo mismo en una col que en una pluma, una rama, etc. En arte es lo que llamamos mise en abîme, o puesta en el abismo, literalmente. Y esto me lleva de la poesía postpoética de Mallo a la escalera abismal de Vértigo -aunque dudo que eso sea un fractal-, así como al Gabinete de un aficionado de Perec. Metapintura. Metaliteratura. Autosemejanza. (Cada pedazo de nosotros somos nosotros mismos. En cada píxel -dice Mallo-, está contenida toda la historia de algo) Autodiferencia. Yoes del yo.

No me digan que no es sugerente. Seductor. 

Ya paro.


Vaca fractal generada por ordenador y proyectada por Gabor Csordas y Gabor Papp 

Experiencia cotidiana de mise en abîme




Uno musical
No me resisto a ponerles esta imagen de Perec. (Jaja!)