miércoles, 26 de enero de 2011

tarde de museo

Hacía tiempo que quería ir al museo de arte contemporáneo de Salamanca, el Da2. Ni siquiera sabía que había uno cuando llegué aquí. Y he de decir que me extrañó. Salamanca no es en absoluto la típica ciudad moderna. Apenas tiene bares cool tipo chillout y minimalista, la gente es muy parecida, todos lo edificios del centro son iguales...incluso ver ladrillo me extraña. Toda Salamanca pparece comola catedral. Pero no. De hecho, hoy fuimos al museo y nos llevamos una sorpresa. En primer lugar, fue extraño llegar allí, porque está situado en un polígono industrial (a unos 20 minutos del centro) y hay que pasar por encima delas vías por un puente elevado de esos en que los camiones te pasan rozando los codos cuando caminas. En segundo lugar, no había nadie. Es más, llegamos antes de que abrieran. Ni un alma, salvo los camioneros o los de los talleres...Al fin entramos. Se trata de una antigua cárcel restaurada. Y lo mejor es eso: ver la sala enrrejada con las puertas de las antiguas celdas. Te imaginas los monos naranjas típicos de pelis americanas. Piensas en Foucault incluso. Un escalofrío me ha recorrido el cuerpo.
Hemos visto las dos exposiciones que había: una de artistas portugueses de la Fundación Coca-Cola y la de Julian Rosefeldt. De la primera sólo me ha gustado una foto. Del segundo...algo más. Su estética resulta interesante, tiene un uso de los colores que me encantan y genera escenas enigmáticas. En concreto nos hemos detenido en American night (2009) una instalación visual dispuesta en cinco canales que hace referencia al mismo tiempo a Truffaut, al western y al ocaso americano. Cada canal presenta una escena diferente: un vaquero en su caballo recorriendo los montes solitario como el héroe crepuscular; una calle del tipico pueblo del western vacía en la que irrumpen soldados americanos en helicóptero; un grupo de vaqueros sentados frente al fuego discutiendo sobre el uso y posesión de armas imitando a actores famosos y a políticos como Bush; una taberna que presenta los prototipos del western (prostitutas, jugadores, bebedores, parlanchines y la consiguiente pelea) cuestionando el origen del pueblo americano (exterminación de los indios...les suena?) y, finalmente, una mujer en la puerta de su casa esperando estoicamente a su marido que no parece que vaya a volver pues el tiempo pasa y ella continua allí...
Habiendo estudiado el tema del vaquero como héroe terminal que sigue buscando gestas cuando ya no valen más que gestos; el héroe expulsado de la sociedad qcuando ya se ha obtenido de él lo que se requería; el héroe salvador pero también terrible, esas imágenes sublimes de los paisajes de Canarias y Almería donde se grabaron las imágenes me han conmovido. Lamentablemente no vi terminar la historia...

Os muestro las fotos de la odisea para llegar al museo y...mi modelito de hoy.
Un saludo!!




















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