Como siempre, estudiar, limita tus posibilidades de hacer otras cosas. Estamos en enero y en Salamanca en plenos exámenes. Afortunadamente, no me queda nada, así es que no me preocupo demasiado. Salvo, eso sí, por metodología de las ciencias sociales que, además de analítico, es...(suspiro), no tengo palabras. No he encontrado asignatura que me deprimiera más, yo creo. La cuestión es que hacer un trabajo en clave analítica sobre el funcionalismo al que todos machacan e intentar salvarlo es casi una odisea. En fin, mañana lo entrego y me olvido. Después de eso sólo quedará entregar el trabajo de Murakami y hacer el examen de Estética de las creaciones literarias. Asignatura creativa, si señor, que une literatura y filosofía con maestría. Además de hacer un estudio sobre imágenes de cine o pictóricas. Interesante, pero caótico. Y hablando de Murakami...tengo que hablaros de mis regalos de reyes!!! soy un desastre.
Pronto lo haré, pero de momento os digo que mi novio me regaló Botchan, de Natsume Soseki, escritor japonés clásico, de finales del s. XIX y principios de XX, de los favoritos de Murakami. Narra la historia de un chico tokiota que ha de irse destinado como profesor a un pueblo de provincias y entre los alumnos y los profesores no hacen más que joderse (vamos, lo que me tocará a mí en breve). Su escritura es sencilla y con esos toques orientales tan apetecibles. Recomendable. De hecho, ya me he cepillado el libro que además es precioso, de la editorial Impedimenta, sobrio pero con unas lindas flores en la portada. Creo que pronto me compraré Sanshiro...otra de sus famosas obras.
Natsume Soseki |
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